La palabra «estadística» procede del latín statisticum collegium («consejo de Estado») y de su derivado italiano statista («hombre de Estado» o «político»), ya que este término hacía referencia al análisis de datos del Estado; pero en el siglo XIX, el término se empezó a asignar a la colección y clasificación de datos en general.
De manera que la estadística nace, como control de datos poblacionales para la administración pública.
La práctica de la estadística data de la época de los antiguos egipcios, cuyos faraones recopilaron datos sobre la riqueza y población del país, con el objetivo de organizar la construcción de las pirámides. Así también, existen evidencias del uso de la estadística en otras culturas como la israelí, la china y la romana entre otras.
Una anécdota curiosa corresponde a la forma en que la estadística se usa por primera vez para otros fines diferentes a los políticos. Fue en 1691 y estuvo a cargo de Gaspar Neumann. Neumann se propuesto acabar con la creencia de que en los años terminados en siete moría más gente. Su tarea consistió en revisar miles de partidas de defunciones, con lo cual pudo demostrar que tal creencia no era cierta. Los procedimientos utilizados por Neumann fueron reconocidos por el astrónomo Halley (sí, el descubridor del cometa), y fue él quien los aplicó al estudio de la vida humana.